Si bien desde hace unos años la sociedad se ha concienciado más aún con el lema pirotecnia cero para crear conciencia sobre el daño que estos explosivos producen en niños con autismo y mascotas, son muchas las personas que siguen usando fuegos artificiales para celebrar las Fiestas.
mascotas
Según los expertos “los sonidos fuertes en la naturaleza muchas veces son señal de que puede venir una tormenta o un fenómeno natural adverso, por eso muchos animales se asustan mucho ante este tipo de ruidos. Los perros y los gatos tienen un sistema auditivo más sensible, especialmente a los sonidos de alta frecuencia que son los que tienen que ver con los agudos. Esto les genera bastante miedo”.
Continúan diciendo: “cuando el perro entra en ese estado de susto, de miedo, todo el sistema cerebral relacionado con el estrés se activa. Lo pasan muy mal, entran como en un estado de pánico. Y algo muy importante: hay muchos casos de huida, se desorientan y no saben lo que están haciendo”. Es importante distraer a la mascota jugando con ella para que se concentre en esa actividad y no en los estruendos.
niños con autismo
El Trastorno del Espectro Autista (TEA) tiene entre sus síntomas la hipersensibilidad en sus sentidos, especialmente la auditiva. Por eso, las personas con autismo son muy sensibles a los estímulos externos, ya sean imágenes, olores o sonidos, y por lo tanto la pirotecnia los afecta directamente.
Una de las principales características de estos niños es que padecen un desorden del procesamiento sensorial, tienen los sentidos exacerbados, y especialmente el oído, percibiendo los ruidos de manera aumentada. Son hipersensibles al os sonidos y a las luces, por lo que los espectáculos de fuegos artificiales se convierten en una auténtica tortura para ellos.
Los estruendos provocados por los fuegos artificiales y los petardos les genera un alto nivel de ansiedad y estrés, incluso pueden causarles crisis, episodios en los que se ponen muy tensos, lloran, gritan, se tapan los oídos desesperadamente y en algunos casos pueden llegar a autolesionarse o presentar convulsiones.